Lección - Notas de EGW - Comentarios - Lección 7 - Lunes 13 de noviembre 2023 - 4°Trim - La Misión de Dios: MI MISIÓN

Lección 7 - MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

El Método y la Respuesta de Jesús

Resumen Gráfico de la Lección de hoy:


¿Qué nos enseñará la lección de hoy?

En esta lección encontrarás la respuesta de Jesús ante las preguntas difíciles y cómo podemos aplicar su método en nuestra vida diaria.

Preguntas para profundizar tu estudio:

  1. ¿Cómo podemos aplicar el método de Jesús en nuestra vida diaria? (Párrafos 2 y 3)
  2. ¿Qué versículos bíblicos nos ayudan a entender la respuesta de Jesús al doctor de la Ley? (Párrafo 2)
  3. ¿Dónde finalmente podemos encontras las respuestas a nuestras inquitudes existenciales y de propósito para nuestras vidas? (Párrafo 4)



Objetivos:


  • Conocer: la importancia de la Biblia como fuente de verdad y guía para la vida.
  • Sentir: la necesidad de buscar respuestas en la Palabra de Dios, confiando en el Espíritu Santo para guiar y fortalecer en el camino.
  • Aplicar: los principios bíblicos en la vida diaria, debemos estar dispuesto a ayudar a los demás lo mejor que se pueda, independientemente de sus motivos o intenciones.

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Lección 7 -  Lunes 13 de noviembre


    La Biblia nos dice que el doctor de la Ley había ido a poner a prueba a Jesús, pero Jesús sabía cuáles eran sus intenciones. En efecto, Dios conoce los anhelos y los deseos de nuestro corazón mejor que nosotros mismos. Y, por cierto, nosotros no conocemos el corazón ni los motivos de quienes nos interrogan, ¿verdad?

    A veces hay gente de otras religiones que nos preguntan por nuestra fe. Por ejemplo, nuestros amigos musulmanes nos hacen preguntas relacionadas con la divinidad de Jesús, como: “¿En qué parte de la Biblia dijo Jesús que él es Dios?” o “¿Por qué dices que hay un solo Dios, cuando hay tres personas en la Trinidad?” Aun cuando parezcan preguntas provocadoras, la necesidad de Jesús puede ser auténtica y representar un profundo anhelo o vacío en quienes formulan las preguntas. No conocemos el corazón de ellos, pero tampoco es nuestra tarea. Simplemente, tenemos que satisfacer las necesidades de los demás lo mejor que podamos, independientemente de sus razones más profundas.

Lee  Mateo 26:56; Hechos 17:11; 1 Corintios 15:3; y 2 Timoteo 3:16.¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender la respuesta de Jesús al doctor de la Ley en Lucas 10:26?

     A veces queremos respuestas, pero no nos esforzamos por encontrarlas. Jesús dijo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Luc. 10:26). Jesús señaló un aspecto muy importante del aprendizaje. En lugar de limitarnos a escuchar lo que otros tienen que decirnos, debemos leer las Escrituras (la Palabra de Dios) por nuestra cuenta. Las respuestas ya están allí, y el Espíritu Santo trabaja en nuestro corazón para inculcarnos lo que tenemos que hacer.

    Dios nos ha dado su Palabra. En ella, podemos encontrar toda la verdad que necesitamos saber con respecto a la manera en que debemos vivir, cómo debemos tratar a los demás y cómo podemos “heredar la vida eterna”. Claro, hay un papel para los maestros y los pastores, pero al final, debemos ir a la Biblia en busca de las verdades que importan. “Lámpara es para mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Sal. 119:105). Este versículo no es solo poesía; es una verdad sagrada, que nos señala la Palabra de Dios y su importancia para el creyente.

Jesús, la Palabra de Dios hecha carne, siempre conducía a la gente a la Palabra escrita. ¿Qué debería decirnos esto acerca de la importancia de la Biblia y por qué debemos rechazar cualquier razonamiento filosófico o teológico que debilite nuestra confianza en la Biblia?

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Notas de EGW

(Énfasis añadido para destacar ideas principales)


    Por todas partes, hay hombres que no están satisfechos. Anhelan algo que supla la necesidad del alma. Un solo Ser puede satisfacer esta necesidad. Lo que el mundo necesita, “el Deseado de todas las gentes,” es Cristo. La gracia divina, que él solo puede impartir, es como agua viva que purifica, refrigera y vigoriza al alma.

    Jesús no quiso dar a entender que un solo sorbo del agua de vida bastaba para el que la recibiera. El que prueba el amor de Cristo, lo deseará en mayor medida de continuo; pero no buscará otra cosa. Las riquezas, los honores y los placeres del mundo, no le atraen más. El constante clamor de su corazón es: “Más de ti.” Y el que revela al alma su necesidad, aguarda para satisfacer su hambre y sed. Todo recurso en que confíen los seres humanos, fracasará. Las cisternas se vaciarán, los estanques se secarán; pero nuestro Redentor es el manantial inagotable. Podemos beber y volver a beber, y siempre hallar una provisión de agua fresca. Aquel en quien Cristo mora, tiene en sí la fuente de bendición, “una fuente de agua que salte para vida eterna.” De este manantial puede sacar fuerza y gracia suficientes para todas sus necesidades (El Deseado de todas las gentes, p. 157).

    Cristo aclarará su Palabra a todo aquel que lo busque con sinceridad de corazón. Aquellos que estudian la Palabra de Dios con corazones abiertos a la iluminación del Espíritu Santo, no permanecerán en las tinieblas en cuanto a su significado. “El que quisiere hacer su voluntad [la de Dios] —dijo Cristo—, conocerá de la doctrina, si viene de Dios, o si yo hablo de mí mismo”. Juan 7:17. Todos los que acuden a Cristo en busca de un conocimiento más claro de la verdad, lo recibirán. Él desplegará ante ellos los misterios del reino de los cielos, y estos misterios serán entendidos por el corazón que anhela conocer la verdad. Una luz celestial brillará en el templo del alma, la cual se revelará a los demás cual brillante fulgor de una lámpara en un camino oscuro (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 18, 19).

    Los mensajeros de Dios han recibido la orden de emprender la misma obra que Cristo realizó cuando estaba en la tierra. Deben dedicarse a los mismos ramos de actividad a los que él se consagró. Con fervor y sinceridad, deben hablar a los hombres de las riquezas inagotables y del tesoro imperecedero de los cielos. Deben estar llenos del Espíritu Santo. Deben repetir los ofrecimientos de paz y perdón que el Cielo les dirige. Deben señalar las puertas de la ciudad de Dios, diciendo: “Bienaventurados los que lavan sus ropas [guardan sus mandamientos], para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad”. Apocalipsis 22:14 (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 106).

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Comentario del Texto Bíblico


Lucas 10:26

  • La pregunta que le hace el doctor de la Ley parte de una premisa: hacer obras. Jesús lo lleva al ámbito de discusión obvio: la ley. Jesús juega con sus propias reglas, para propiciar una relectura de lo que ya sabía, con el propósito de iluminarlo. Usando la retórica rabínica, pregunta acerca de su interpretación de la ley: ¿ Cómo lees?
  • Si Jesús le prescribía algo que no estaba en la Ley, podría ser desacreditado por añadir a la ley; y si le prescribía algo que ya estaba en la Ley, podría objetársele que Su enseñanza era superflua. La pregunta en sí era excelente, pero la intención no era buena. No es suficiente la curiosidad por conocer las cosas de Dios, si no tenemos la firme resolución de obedecer la voluntad de Dios (Juan 7:17).
  • Cuán sabia fue la respuesta de Jesús, pues condujo al escriba a la fuente misma de la que éste quería servirse para poner a prueba al Señor. Notemos también que, aun cuando Jesús conocía los pensamientos y las intenciones del corazón del escriba, no le contestó con indignación, sino con paciencia y mansedumbre, como lo requería la importancia de la pregunta, no la intención con que la preguntaba. Le responde con otra pregunta: "¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?" (Lucas 10:26).
  • Cristo es un buen pedagogo, pues incita a que el alumno investigue por sí mismo. En este caso, la erudición misma que el escriba tenía acerca de la ley podía suministrarle la correcta respuesta. Practiquemos lo que ya sabemos, y no nos faltará nada para poder obtener la vida eterna.
  • Esto nos enseña a que estudiemos con ahínco la Palabra de Dios, yendo a Cristo en ella, para tener vida (Juan 5:39-40). Estar bien pertrechado de la Palabra de Dios es la condición necesaria para conocer la salvación, para toda obra buena (2 Timoteo 3:15, 17) para un testimonio convincente (2 Corintios 2:15) y para una defensa apropiada de nuestra esperanza (1 Pedro 3:15).

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¿Cómo Aplico?


  • Debemos tomar como buen hábito buscar respuestas en la Palabra de Dios, confiando en que el Espíritu Santo nos guirá y fortalecera en el camino para encontrar respuestas a nuestras inquietudes. Muchas de las respuestas que encontremos serán principios que debemos aplicar a nuestra vida diaria.
  • El ejemplo que nos dió Jesús es que siempre debemos estar dispuesto a ayudar a los demás lo mejor que se pueda, independientemente de sus motivos o intenciones, y reconocer que solo Dios conoce los anhelos y deseos más profundos de nuestros corazones.
  • En resumen, se debe buscar vivir una vida basada en los principios bíblicos y estar dispuesto a ayudar a los demás de la mejor manera posible.

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